Tal vez resulte sorpresivo para muchos de ustedes, pero hace
15 años yo era una nerd. De acuerdo, aún lo soy, pero a los 13 años era la típica
chabacana que usaba coleta a media nuca, traía braquets y cargaba a todos lados
mis dibujos y mangas de Sailor Moon.
Esto viene a colación porque ayer se estrenó el primer
episodio de la nueva serie, ¡20 años después de la original! (*me duelen las
reumas*).
Para quienes no lo sepan, Sailor Moon iba de las aventuras de
Usagi Tsukino una chava llorona y torpe que por las noches se transformaba en
la guerrera Sailor Moon que luchaba por el amor y la justicia. Una historia repetida millones de veces en el
anime.
Sin embargo, la obra de la mangaka Naoko Takeuchi tuvo un
profundo impacto en mí por eso ver el nuevo episodio me revolvió el cerebro.
Recordé lo mucho que disfruté el manga a pesar de que
algunas de mis compañeras del colegio se burlaban porque era una caricatura. ¡Obvio
no sabían que el anime puede ser crudo y cero infantil! (*vean Evangelion o
Attack on Titan si no me creen*).
Gracias a esa serie encontré a mi hermana y mejor amiga porque
las dos intercambiábamos tarjetas de Sailor Moon en nuestros casilleros; hice a
amigos por todos lados del mundo porque me carteaba con otros fans; me enseñó que las mujeres somos guerreras.
Mis nociones ridículas del amor se vieron trastocadas por la
marinerita porque no me basta la idea de un príncipe azul sino alguien que me
ayude a ser mejor y que sea igual de luchador como yo.
Algunas cosas de esta nueva entrega no me encantaron, como la secuencia de transformación que disque es 3D pero se ve como videojuego piraña y ciertas poses como esta mandanga. ¡¿Quién jijos de la rejijurría se mueve así?!
Sí, con todo y que el estilo de esta nueva versión se parece
más al manga y la historia no será tan infantil, creo que será una gran serie. Pero siempre
tendré un lugar especial en mi corazón para la serie que me permitía escapar de mi realidad y soñar en
que yo podía ser algo más.
¡Por el poder del prisma lunar, transformación!